Descubre el Casco antiguo de Cáceres

En este artículo te enseñamos una ruta a pie para explorar los lugares más icónicos del Casco antiguo de Cáceres y visitar algunos de sus edificios más emblemáticos. Esta ruta te permitirá en un solo día sumergirte en la rica historia y arquitectura de Cáceres.

Hablar de Cáceres es hablar de historia viva. Este rincón de Extremadura, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, combina a la perfección el encanto medieval con una rica herencia multicultural. Si buscas perderte en callejuelas empedradas, explorar palacios centenarios y sentirte transportado al pasado, Cáceres es el destino perfecto.

Si decides ir en coche, te recomendamos el Parking Obispo Galarza. En su 4ª planta encontrarás el Mirador de Galarza, donde podrás apreciar una panorámica impresionante de la Ciudad Monumental cacereña. Desde aquí iremos hacia el palacio de la Isla y accederemos por la calle General Ezponda a la plaza Mayor.

Tu visita comienza en la vibrante plaza Mayor, un espacio que combina modernidad con tradición. Aquí, la majestuosidad del Ayuntamiento contrasta con la imponente Torre de Bujaco, un símbolo defensivo que ha sido testigo de asedios y conquistas a lo largo de los siglos. También puedes observar la Torre de los Pulpitos, la Ermita de la Paz y la Muralla.

Desde este punto, no puedes dejar de cruzar el Arco de la Estrella, una entrada barroca que da acceso al Casco antiguo de Cáceres. Este arco diseñado en el siglo XVIII por Manuel de Lara y Churriguera, fue estratégicamente construido para facilitar el paso de los carruajes en tiempos de prosperidad.

Al atravesar el Arco de la Estrella, el ambiente medieval te envuelve. La primera parada será la Torre de Bujaco, torre árabe del S. XII. Pasearemos por un tramo de muralla abierto al público que la conecta con la Torre de los Púlpitos. Nos adentraremos en la historia de Cáceres de la mano de su Centro de Interpretación, ubicado en el interior de la torre, y subiremos por último al mirador, desde el que podremos situar los edificios más emblemáticos de la ciudad.

Torre de Bujaco

Luego visitaremos la plaza del Conde de Canilleros, donde se erige el Palacio de Toledo-Moctezuma, una joya renacentista del siglo XV que refleja la unión entre las culturas española e indígena, en honor a los descendientes de Moctezuma que residieron aquí. Pasaremos por la plaza del Socorro, un rincón tranquilo y pintoresco presidido por una fuente, rodeada de casas solariegas que muestran la arquitectura renacentista típica de la región.

Nuestro recorrido continúa hacia la plaza de Santa María, el centro político y religioso de la ciudad en épocas pasadas. Aquí se encuentran algunos de los edificios más imponentes, como el palacio Episcopal, sede del Obispado de Coria-Cáceres, que muestra una arquitectura sobria y elegante típica del siglo XVI; el palacio de Hernando de Ovando; el palacio de Mayoralgo; el palacio de los Duques de Valencia; el palacio de Carvajal, uno de los edificios más antiguos de la ciudad, también conocido como la Torre Redonda. Este último es la sede del Patronato de Turismo, Artesanía y Cultura Tradicional de Cáceres y cuenta con un claustro y un maravilloso jardín renacentista con una higuera de origen milenario.

En esta plaza también se encuentra la Concatedral de Santa María, un tesoro arquitectónico que combina estilos románicos, góticos y renacentistas. Completada entre los siglos XV y XVI, esta iglesia alberga un impresionante retablo mayor renacentista de Alonso Berruguete, así como numerosas capillas y obras de arte sacro como el célebre Cristo Negro, una figura envuelta en misterio y leyendas que aún intrigan a locales y visitantes.

Muy cerca, encontrarás el Palacio de los Golfines de Abajo, una residencia que albergó a los Reyes Católicos durante su estancia en la ciudad y que combina elementos góticos y platerescos. Este es uno de los mejores ejemplos de casa-fortaleza del siglo XV.

Cáceres ciudad monumental

Prosigue hacia la plaza de San Jorge, Patrón de Cáceres, donde se erige la Iglesia de San Francisco Javier, con sus dos imponentes torres blancas, y el Convento de la Compañía de Jesús, ambos barrocos. También se encuentra en esta plaza la Casa de los Becerra, del siglo XV, actual Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballesteros, que alberga exposiciones culturales.

Continúa ascendiendo por la Cuesta de la Compañía, una empinada calle te llevará al Aljibe del Convento de los Jesuitas y al Centro de Divulgación de la Semana Santa, un museo dedicado a la rica tradición de la Semana Santa en Cáceres. Saliendo del centro, nos dirigiremos hacia el Barrio Judío.

A media Cuesta de la Compañía cogeremos el callejón de Don Álvaro hasta el Rincón de la Monja. Accederemos al Barrio de San Antonio de la Quebrada, también conocido como “Judería Vieja” cacereña, cuya plaza está presidida por la ermita de San Antonio, edificada sobre la antigua sinagoga judía. Este barrio es famoso por sus estrechas callejuelas y casas encaladas de reducidas dimensiones que, en muchos casos, se apoyan en la propia muralla. Es un lugar ideal para pasear y descubrir la historia judía del Casco antiguo de Cáceres.

Podemos acceder al Baluarte de los Pozos, que comprende una típica casa, un jardín-mirador y la Torre de los Pozos, un magnífico ejemplo de fortificación almohade elevada 6 metros sobre la barbacana. Desde aquí se pueden contemplar algunos de los espacios más característicos y bellos de la ciudad, como el Santuario de la Virgen de la Montaña, la Ribera del Marco, Fuente Concejo o San Marquino.

Pasaremos a la Casa de los Caballos, una sólida construcción del siglo XVI que fue caballerizas y luego vivienda.

A continuación, enfilamos hacia a la plaza de las Veletas lindante con la plaza de San Pablo, ubicada en la parte más alta del casco antiguo. Aquí se encuentra el Museo de Cáceres, una parada imprescindible para conocer el pasado hispano-musulmán de la ciudad. El aljibe andalusí que alberga este museo es una obra maestra de la ingeniería hidráulica medieval, y te transportará a una época en la que Cáceres era un crisol de culturas.

Aljibe de Cáceres

En la plaza de San Pablo, se encuentran el palacio de las Cigüeñas, que conserva su torre con almenas, y el Convento de San Pablo, testigos del pasado religioso y militar de la ciudad.

Seguidamente, nos dirigiremos a la plaza de Pereros, un encantador rincón, para continuar tu camino hacia la calle Ancha y el Palacio del Comendador de Alcuéscar, también conocido como Palacio de los Marqueses de Torreorgaz, actualmente Parador de Cáceres.

El recorrido continúa hasta la plaza de San Mateo, donde destaca la iglesia homónima, construida sobre los restos de una antigua mezquita. A pocos metros, encontrarás el restaurante Atrio, un referente gastronómico internacional que combina sabores tradicionales con innovación culinaria. Este lugar no solo es un deleite para el paladar, sino que también es un símbolo del Cáceres contemporáneo que respeta y celebra su pasado.

En torno a esta plaza divisarás varios edificios de interés artístico, como la Torre de Sande, la Casa del Sol y la Casa del Águila. Ambas son casas nobiliarias con detalles arquitectónicos únicos. La Casa del Sol es conocida por su blasón con un sol, mientras que la Casa del Águila tiene una hermosa fachada plateresca. Esta área evoca el espíritu medieval de la ciudad.

Luego, desciende por la calle Orellana y la cuesta de Aldana para llegar al Adarve de Santa Ana, que forma parte de la muralla urbana.

Para finalizar la ruta, regresaremos al punto de partida en la plaza Mayor. Para ello, cruzaremos el Arco de Santa Ana, una de las puertas de entrada al Casco antiguo de Cáceres, hasta llegar a la plaza de las Piñuelas y descender por las largas y empinadas escaleras que conectan con el Foro de los Balbos, un lugar que une pasado y presente en una armoniosa despedida.

Casco antiguo de Cáceres

Si estás buscando un destino que combine historia, cultura, gastronomía y un ambiente único, Cáceres te espera con los brazos abiertos. Así que ponte unos zapatos cómodos, carga tu cámara y déjate llevar por el encanto de esta ciudad única. ¡El pasado nunca estuvo tan cerca!

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